lunes, 22 de noviembre de 2010

«Oh luz sin mancha –decía recordando la comunión de la mañana–, ¿qué delicias puedes encontrar en hombrecillo como yo? ¿Por qué has querido entrar en mi pecho y hacer de él un templo de tu majestad?»
Jesús, dulce enamorado,
del alto cielo ha venido,
a ser Pastor del ganado,
que anda en el mundo perdido:
y como de amor herido
está el divino Pastor,
con silbos de amor las llama,
y, ¡ay Dios, qué fuerza de amor!
Y esta otra, al Niño Jesús:
Está una Virgen y Madre
y un Niño, que es hombre y Dios;
y en el seno de los dos
reposa el Eterno Padre:
quien busca bien que le cuadre
contra la mortal herida,
en Belén está la vida.
Y para el Niño Jesús recién nacido copié estos versos:
El nuevo Pastorcico
que hoy nace desnudo,
tenido por rey rico
muy sabio y nada rudo,
con resfrío tan crudo
al mundo es llegado.
Si muere por amores
libre es el ganado.
La Madre que lo cría,
es hija y criatura,
del mismo Dios hechura,
la cual llaman María;
y a ella el Padre había
de mil gracias dotado.
Si muere por amores
es libre el ganado.
En la fiesta de los Reyes Magos apunté lo siguiente:
Rey eterno, ¿qué será
verte reinar con el Padre?
Pues en brazos de tu Madre
tres Reyes te sirven ya.
Si ahora, que eres humano,
sujeto a miseria y muerte,
reyes de tan alta suerte
están debajo tu mano;
¿quién no se te rendirá
sabiendo quién es tu Padre?
Pues en brazos de tu Madre
tres Reyes te sirven ya.
Y para terminar, otra inspirada en los discípulos de Emaús:
Mi Dios, pues voy pobrecillo
peregrinando cobarde,
queda conmigo, aunque tarde,
te he hospedado en mi castillo.
No te vayas, quitarás
de mí malos pareceres.
Pecador, tú bien podrás
hacerme quedar si quieres.

Oración
Oh Dios, que otorgaste a san Pascual Bailón un amor extraordinario a los misterios del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, concédenos la gracia de alcanzar las divinas riquezas que él alcanzó en este sagrado banquete que preparas a tus hijos. Por nuestro Señor Jesucristo.

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